viernes, octubre 27, 2006

It's a nice day

Este post debió haber sido escrito el Miércoles, pero dado mi estado de cansancio extremo ese día y que ayer blogger estaba caído, va ahora.

El Miércoles fue un dia de aquellos que hace mucho no tenía, y ya casi los había dado por perdidos. Para empezar, de las 4 de la tarde hasta las 9 de la noche...fuera de estas cuatro paredes!
Bueno, ese día tenía programado ir con mi hermana, y Pascual obviamente, al Apumanque a ver zapatos que mi padre había quedado de comprarme; hasta ahí, el panorama pintaba mas o menos monótono, pero a mi se me olvidaba que las salidas con mi hermana son más "variadas" de lo que recordaba.
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Empecé a escribir esto hace unos días, no alcancé a subirlo y ahora que lo iba a subir, la verdad es que borré casi todo lo que había escrito, que era como una descripción algo detallada de lo que hicimos y no hicimos ese día, por que eso no fue lo relevante. Más allá de la salida, la comida, etcétera...fue la sensación que tuve al volver a la casa en la noche; estaba relajada, contenta, más cansada que la chucha pero feliz.
Hace mucho tiempo que no compartía de esa manera con mi hermana, hablando de sus pastelazos (Catazos, como les digo yo), riéndonos a carcajada limpia...en fin, no sé, para muchos debe ser cosa de todos los días lo que hicimos nosotras, pero también significó una especie de reestructuración de esa relación tan extraña que tengo con la Cata, que a ratos desaparece, después vuelve; que a ratos yo trato de hacer como que no existe por qur todavía no sé como volver a abrirme con ella, entonces entre tallas y comentarios al aire voy soltando algunas cosas, a ver si las agarra.
No es que me guste estar en esas, pero creo que yo a veces tengo mis sentimientos encontrados con la Cata, aunque debo decir que este último tiempo que la he visto de tía y futura madrina, han sido mas positivos que negativos. Se le ilumina todo con solo verlo desde la puerta de la pieza, y la veo, y me gusta que este feliz con su sobrino, y me gusta que mi hijo también haya venido a darle alegría a su tía Cata.

Y bueno, mi niño. Hermoso, bello, lindo, bonito...y todos los adjetivos que pudiera encontrar para calificar como está no me alcanzarían, porque va más allá de simples palabras manoseadas todos los días salidas de mi boca de madre las que pueden llegar a él; porque prefiero que le llegue mi cara embobada de amor cuando lo miro o cuando le hablo, mi olor, mi voz, mi sola presencia. Y sé que así es, "desde la eternidad que está en mí, a la que está en tí..." y nos reencontramos en ese lugar que viví una vez, muy dentro mío, cuando ví su escencia, su llama, por primera vez.

Foto de él, para variar riendo, siendo feliz. Pareciera que el respondiera a cada una de mis batallas internas con sus sonrisas implacables, cuando empiezo a bajar las defensas frente a mis arrebatos, él ríe dejando fuera cualquier dejo de amargura. Gracias por eso.

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