Caminantes y caminatas

Sobre caminatas y caminantes se me vienen varias imágenes y memorias a la cabeza, creo que han sido parte importante de buenos episodios de mi vida, sobre todo los que han tenido que ver con alguna relación afectiva. Hace un par de años solía caminar mucho en la noche acompañada de un amigo (en ese entonces era más que sólo un amigo), y las conversaciones fluían de una manera notable, y en cierto modo todo se complementaba, el clima, las calles, la noche, la lluvia, las sensaciones...de ahí que le agarré un gusto especial a las caminatas nocturnas.
Sucede que este fin de semana, por cosas de la vida, con mi novio fuimos presa de caminatas nocturnas que disfruté más de lo que supongo que él podría creer; porque claro, teniendo en cuenta que me cansé mucho y a ratos sentía pequeñas contracciones por andar muy rápido, probablemente pensó que no me hicieron mucha gracia. Para mí por lo menos, aportaron algo nuevo a lo que solemos hacer, creo que las instancias de caminatas dan pie a cosas que en otras situaciones no se dan, no sé, algunas cosas que uno habla, o que hace. Me gustan, me gustan harto las caminatas, y me gustó más aún una sesión de dos caminatas nocturnas/madrugadoras con mi hombre por las largas calles de Santiago...y sí, en estos momentos de mi vida soy una mujer absoluta y felizmente enamorada de quien camina con ella en horas inpensables de la noche y bajo situaciones inesperadas.