miércoles, abril 15, 2009

La magia del sur...


Han sido pocos los momentos en mi vida en los que me he sentido feliz.

Pero no onda feliz por una buena nota o por cosas como muy de momento, sino…feliz. Ser feliz, estar feliz, sentir e irradiar felicidad.


Bueno, uno de esos momentos de felicidad lo acabo de vivir, este fin de semana; y lo más cuático, es que fue dentro de un contexto que podría haber resultado muy…infeliz.

Yo no viajaba a Osorno desde el verano antes de quedar embarazada (estoy hablando de unos 4 años atrás, más o menos), y después de que nació Pascual mis opciones se redujeron bastante, aparte por un rollo de que mi abuela ya no vivía en su depto y se fue a la casa de mi tía…en fin, como que ya dejó de ser una opción y me resigné a verla muy poco.

El asunto es que el día jueves en la tarde me llama una tía para avisar que la Güeli estaba internada en la clínica, se había como descompensado por un mal manejo farmacológico, pero lo más “grave” era que estaba ultra depre, llevaba días en cama sin querer hacer nada y diciendo que quería morirse y cosas por el estilo.

Obviamente, me urgí, como nunca, y empezamos los llamados telefónicos a cada rato para ver como seguía y todo eso; más tarde llega mi mamá a la casa y después de mucho darle vuelta, se decidió que si para el día siguiente la situación no mejoraba, o para más cagarla, empeoraba, yo viajaba sí o sí (bueno, los más cercanos cachan que mi abuela y yo tenemos una relación bien especial, soy como su regalona, y hay una historia bien cuática que la avala…por eso la prioridad era que viajara yo).


Hasta ese punto, la situación ya era complicada para mí, porque objetiva o racionalmente hablando, este fin de semana era la peor opción para mi para pensar en viajar…onda, ayer empezaba campo clínico, tenía una solemne en la tarde del ramo profesional, además que este fin de semana a Vicente no le correspondía llevarse a Pascual…en fin, una serie de situaciones que hicieron que me cuestionara caleta.

Día siguiente, llamamos por teléfono en la mañana, hablamos mi mamá, mi hermana y yo por teléfono con la güeli, y cuando cortamos, fue lloriqueo colectivo. Brígido. Ahí ya el susto se me empezó a transformar en una especie de desesperación, porque sentí que ya quedaba poco tiempo y capaz que no alcanzara a llegar a Osorno y verla viva…esa onda.


Cuento corto, después de mucho coordinar asuntos acá en stgo, con mi mamá decidimos hacer bolsos y partir al Terminal a tomar la primera huea que llegara a Osorno.

Llegamos allá el sábado a las 9 a.m. aprox., tomamos un taxi, mi mamá se fue a la casa de mi tía y yo me bajé antes para pasar a la clínica de una, a la chucha con pasar a ducharme y tomar desayuno, el urgimiento me superaba.

En teoría, ella sabía que yo iba, pero no me extraña que se le haya olvidado. Entré a la pieza, y la vi, y me vio…y le cambió la cara por completo, la expresión, todo, fue como que volvió en si, volvió de donde haya sido que andaba perdida (porque andaba bastante ida…) y aterrizó, le volvió el alma al cuerpo, los ojos le brillaron, y se emocionó a cagar, lloró…y yo sentí que la había traído de vuelta, que la había revivido, y con eso, empecé a revivir yo también. Todo esto en una fracción de segundo.

Se fue de alta ese mismo día, una hora después de que yo llegué, aparte igual le habían hecho exámenes y estaba todo normal, así que la conclusión para mi era re clara: se estaba muriendo, innegablemente, pero de pena, de soledad.


Llegamos a la casa cerca del mediodía, nos acomodamos, y creo que a partir de ese momento empezó mi proceso de revivir. En un posteo anterior me quejaba un poco de esto de generar tanto apego por cosas, lugares, situaciones, personas, etc…pero lo bueno de eso, es que a veces esos lazos que formo, cuando se fortalecen, como que me alimentan; y haber pasado estos menos de 3 días en Osorno, fue una inyección de energía cuática para mí…me volví a encantar con muchas cosas, conmigo misma…ahhaaahh!! es que me pasaron tantas cosas que me cuesta ene describirlas, porque creo que aun estoy sintiendo muchas de ellas, y es la raja, porque no quiero dejar de sentirlas. De hecho, lo comentaba con alguien allá…este viaje fue tanto, o más, terapéutico para mí como para mi abuela.

Una de las cosas notables del viaje fue mi reencuentro con amigos, viejos y grandes amigos, que formaron parte muy importante de mis últimos años allá, antes de venir a vivir a Santiago.


Pasó que ese mismo sábado, hablé con la Cami y ella estaba allá, ya sabía todo el rollo y después le conté mas o menos que mi abuela había tenido una mejoría casi fantástica, así que estábamos todos bien, felices y contentos en la casa…y me dice algo así como “ ah, la raja! porque hoy es el cumpleaños del Pato y lo va a celebrar en un quincho y vamos a ir con Chalo, vamos?” jaja y yo quedé como plop…y fue onda, ya!! vamos!! Y me puse ultra feliz porque iba a ver a mi gente, además que igual por asuntos de espacio la idea era q yo alojara afuera esa noche, así que me iba a quedar con la Cami de cualquier forma.

En ese momento, yo ya era otra, me sentía como diferente…será porque no estoy acostumbrada a una sensación de felicidad muy prolongada tal vez, la cosa es que todo tomó un curso muy mágico, o más que eso, y usando la palabra de un amigo, místico…todo lo que pasó de ahí en adelante fue ULTRA místico! Intenso! Creo que viví más intensamente en esas 48 horas que en lo que va de este año, por decir lo menos. Me reencontré con gente muy querida…y conocí también…a alguien con quien viví las horas más cuáticas, fuertes, intensas, soñadoras, felices, emotivas, encantadoras, pendejas, ridículas, utópicas, juguetonas, llenadoras, románticas sin ser románticas!! y tantas cosas más!

De repente, muchas cosas en mi vida tuvieron sentido; y otras que ya tenían uno, adquirieron otro, nuevo, renovado.

Y, es tan simple, como que…fui feliz. FE-LIZ.

Y aún lo soy.

Y no quise dejar esa felicidad allá y mantenerla como en un mundo aparte, sino traerla conmigo, y con lo que eso implica de ahora en adelante, y lograr juntar estos dos mundos que para mí estaban separados: la vida en Osorno para mí había terminado el horrible día que puse un pie en el bus que me trajo a santiago; y el día que llegué acá empecé una nueva intentando no mezclar los mundos, porque en ese momento, sentía que era como contaminar con puras huevadas todo lo que había sido mi vida hasta ese momento.

Es por esto, y otras cosas pero que no puedo publicar ahora jojo, que me creo con el derecho de decir que existe una magia del sur, porque la viví, y me encanté, y finalmente…reviví.

Como yo tengo una volada con la música, y para todo suceso importante tengo banda sonora, mientras escribía este post sonaron temas en mi cabeza:



Fue la unica version que encontre completa...jaja y justo es la de un loco mamón que le dedica el tema como a su mina, o algo asi, asi que omitan comentarios de los textos que se ven.



Es la versión en vivo, me gusta más que el video original.

Y, ya que ando de confesiones, el primer párrafo de esta canción va absolutamente dedicado...(escribí la letra hace unos post, para que repetirla)


Y éste tambien me sono en la cabeza...


3 comentarios:

Salinger dijo...

Pero claro que existe la magia del sur...

www.colun.cl

Lilith dijo...

jaja, sabia que recibiria algun comentario asi! =)

Unknown dijo...

jajaja la magia del sur....
vuelve mas seguido.

cuidate un kilo, pero cuídate si po :P