jueves, febrero 02, 2006

5 Meses


Después de haber revisado mi blog con los sentidos más despiertos que anoche, y de habérselo mostrado a mi amigo Emilio, concreté lo que pensaba: estaba haaaarto feito! con esa plantilla que parecía de receta de cuaderno viejo de abuela, mi afán por la letra chica que creo que podría ser medio jodido para los/as cortos/as de vista, y otros detalles que para qué mencionar; pero ya lo edité, y ahora me atrevo a escribir lo que sería mi segundo post en esta cosa.

5 meses...de qué? pues de feliz embarazo, creo que a estas alturas es meritorio que escriba sobre uno de los hechos más relevantes en mi vida, y de los que me tienen más contenta. Con un año de relación con mi novio amado y estos meses de embarazo, me veo como una versión absolutamente mejorada y más evolucionada de la persona que era el año pasado; muchas cosas han pasado, tal vez a una velocidad que a ratos me atragantó y me confundió, pero que sin duda me han hecho una mujer más completa y feliz, más dispuesta a enfrentar una vida que quise evadir en algún momento; pero más importante, dispuesta a enfrentarme a mí con trancas, temores, demonios, como quieran ponerle.

Innegable es que más de alguna vez se me pasó por la cabeza que derrepente, había acelerado demasiado en el curso de mi vida. Pasé de estar restableciendo relaciones emocionales y afectivas con mi madre principalmente, y de estar "cobrando" lo que necesité años atrás, a verme en la situación de cerrar de una vez eso y prepararme para lo que se me viene como madre y no como hija. Es fuerte y es chocante, la hace a una ponerse medio mamona, regalona, y hasta medio apestosa...pero al final es necesario, para qué? para sentir que ya obtuve lo que antes no, saldar viejas cuentas, y no seguir esperando más cosas de los demás ni de la vida, sino de mí en los aspectos de hija, hermana, estudiante, amiga, y lo más importante: madre.

Los primeros meses, mi embarazo me parecía bastante abstracto...lo quería más tangible, más real (según yo), era tan extraña la sensación de estar guardando una vida sin poder tocarla, abrazarla y besarla; hasta que entendí que en verdad no había impedimentos para no hacer eso, sólo yo me detenía, y entras en un grado de conexión contigo misma (emocional y mentalmente) y con tu cuerpo casi sagrado. Debo decir que todo esto no lo logré sola, sino con la ayuda de una amiga de mi mamá con la cual hice el trabajo de conexión con mi bebé, y fue increíble ver todo lo que ví y sentir todo lo que sentí.
Desde ahí en adelante todo es tarea mía, superar esa "timidez" conmigo misma y con el mundo, y manifestar lo que sienta cuando sea el momento, hablarle a mi bebé lo que yo quiera cuando quiera, cantarle, bailar con él, entregarle todo lo que tenga...es por eso que me encanta cuando veo a mi novio que le habla a la pancita, le da besos, juega con ella, la regalonea a más no poder; o cuando su hijo, Matías, me mira la guatita y se sonríe y hace planes de lo que quiere hacer cuando nazca su hermanito o hermanita. Para ellos es mucho más fácil entregar amor incondicional, para mí todavía es un tema que se va superando día a día, pero que lo hago con orgullo y no con temor.

(Quería agregar una foto de como está mi guata ahora, pero aún no la pasa mi hermano al pc, así que por mientras mi foto favorita).

No hay comentarios.: